
A primera vista, puede parecer extraño. ¿Por qué alguien formaría un vínculo emocional con una muñeca de amor? Me encontré haciéndome la misma pregunta, incluso mientras me daba cuenta de que yo también había comenzado a depender de la comodidad de un objeto inanimado. Este es mi viaje personal.
¿Por qué recurrí a una muñeca?
El mundo es abrumador. Hubo momentos en los que me sentí perdido en un mar de expectativas y juicios. Las relaciones parecían complicadas y el peso de desamores pasados se sentía como una sombra que me seguía. Buscaba consuelo, un espacio tranquilo donde no me sintiera juzgado. Fue entonces cuando descubrí el mundo de las muñecas de amor. Me proporcionó un refugio, un lugar donde me sentía en control y libre del miedo al rechazo o al dolor.
La ilusión de la conexión
Pero con el tiempo, comencé a darme cuenta de algo. Por reconfortante que fuera mi muñeca, en última instancia, era un objeto. No podía reírse de mis chistes ni compartir sus pensamientos. No podía desafiar mis ideas ni compartir sus sueños. La intimidad que proporcionaba era meramente física, careciendo de la riqueza e imprevisibilidad de las interacciones humanas genuinas.
Redescubriendo el mundo
Tuve que preguntarme: ¿estaba escondiéndome detrás de mi muñeca? ¿La estaba utilizando como un escudo contra los posibles dolores de las relaciones reales? Decidí salir de nuevo. Comencé a asistir a eventos sociales, a practicar hobbies y a estar abierto a nuevas experiencias. Sí, enfrenté rechazos y momentos de soledad, pero también encontré alegría, risas y conexiones que mi muñeca nunca podría proporcionar.
Encontrando un equilibrio
No me arrepiento del tiempo que pasé con mi muñeca de amor. Cumplió un propósito y, en muchos aspectos, fue parte de mi camino de sanación. Pero también comprendí la importancia de no cerrarme al mundo. Estamos hechos para conectar, y las emociones, experiencias compartidas y el crecimiento personal que proviene de interactuar con personas reales son insustituibles.
Conclusión
Para aquellos que encuentran consuelo en las muñecas de amor, lo entiendo. Pero desde mi experiencia personal, les insto a que también se mantengan abiertos al vasto mundo de la conexión humana que hay ahí afuera. Aunque es esencial tener nuestros espacios personales de confort, nada puede reemplazar las profundas emociones y experiencias humanas.